El factor distractor

El «factor distractor», consiste en una mejoría de los síntomas (la reducción de la frecuencia e intensidad de los pensamientos obsesivos, y la reducción de los actos compulsivos), como consecuencia de estar viviendo una etapa de la vida especialmente estimulante, placentera, intensa, o nueva. Un ejemplo muy claro es la mejoría que muchas personas experimentan cuando se van de intercambio a otro país, cuando se van de beca de estudio, o a vivir a una ciudad nueva, cuando van de viaje y rompen la ritina normal de todos los días, o incluso cuando se enamoran y comienzan una relación. Es muy frecuente que en estas situaciones el TOC se reduzca enormemente o incluso desaparezca temporalmente en algunos casos.

Cuando esa experiencia finaliza y la persona vuelve a un estado de rutina, de falta de estímulos emocionales positivos, el TOC regresa o empeora nuevamente. Quizá es posible que tú mismo hayas experimentado el «factor distractor», o que hayas experimentado cambios positivos en tu TOC asociados a algo así como episodios felices y experiencias positivas. También freccuentemente ocurre lo contrario: períodos de estrés y preocupación, o de exceso de trabajo, presión auto-impuesta y responsabilidad, hacen que el TOC empeore. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué regresa el TOC cuando parecía estar curado?

 

La respuesta es que esto ocurre porque cuando una persona vive situaciones nuevas positivas, muy intensas, cuando cambia su rutina diaria de forma radical, cuando todo lo que le rodea son estímulos positivos, o cuando está enamorado; en ese tipo de situaciones todas las experiencias, sensaciones y sentimientos positivos y felices que experimenta la persona ejercen un factor de distracción. Sus mentes se encuentran  generando sensaciones y emociones positivas, con lo que no hay un estado mental mental negativo que permita la aparición de los pensamientos obsesivos.

A nivel neurofisiológico, lo que ocurre es que las emociones positivas y la ausencia o disminución de pensamientos negativos y tensión interna, hacen que la amígdala del cerebro (parte muy profunda del cerebro responsable de la aparición de los síntomas que asociamos a la ansiedad), deja de estar hiperestimulada. Este cese o disminución de la hiperexcitación de la amígdala, se traduce en una disminución de la frecuencia de los pensamientos negativos. Obviamente todo el proceso de la neurofisiología del TOC es algo más complejo de explicar, y sobre lo que profundizo en el Método LIBTOC, pero por el momento debes quedarte con la idea de que la amígdala juega un rol fundamental en el TOC y la ansiedad.

 

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No todas las personas experimentan el factor distractor. En muchos casos estas experiencias que he mencionado en el artículo, también van acompañadas de preocupación (la presión de encajar en un sitio nuevo, la presión por gustarle a alguien, la presión por sacar buenas notas, etc). Cuando esto ocurre, los pensamientos negativos, van a ejercer una sobreestimulación de la amígdala del cerebro, con lo que el TOC se sigue retroalimentando y no se reduce.

De aquí podemos sacar como conclusión que lo que determina que alguien pueda experimentar el «factor distractor» o no, no es una situación propiamente dicha, sino el modo en que cada persona vive esa situación, si la vive como algo positivo o como algo negativo. El motivo por el que el TOC regresa al desaparecer la situación o etapa de la vida estimulante, novedosa o placentera, es porque las causas del TOC no se han eliminado, con lo que este vuelve a aparecer.

Cuando se corrigen las causas del TOC en los tres niveles, este desaparece. Por tanto, como conclusión podemos sacar que hay que intentar buscar situaciones que favorezcan la aparición del «factor distractor», porque es un elemento que te será de ayuda en la superación del TOC. Lógicamente muchas personas no pueden dejar “su vida” e irse a vivir a otro país, empezar otra vida desde cero, irse de mochileros a recorrer el mundo; encontrar pareja de un día para otro. Pero no es necesario hacer algo así de brusco para desencadenar el factor distractor, pueden conseguirlo a mayor o menor escala si comienzan a recuperar hobies, verse más con los amigos, dedicar más tiempo al ocio, a divertirse, hacer escapadas de fin de semana, ir al cine, etcétera.

Generar emociones positivas es fundamental en la curación del TOC, pero no es una terapia en sí porque no corrije las causas profundas del TOC. Todo lo que explico en este artículo, debe ser una ayuda extra complementaria a una terapia específica encaminada a superar el TOC; como la Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta, la Terapia de Aceptación y Compromiso, El Método LIBTOC, o el psicoanálisis, entre otras. Y ocuparte de generar el «factor distractor» no es un ejercicio al que tengas que dedicar X minutos cada día, sino que es una actitud, una decisión de vivir de un modo determinado, un compromiso que uno adopta cuando asume la responsabilidad de luchar por su propia felicidad y por su propia curación.

 

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