Metáforas para comprender los pensamientos intrusivos

metafora-pensamientos

Para empezar vamos a imaginarnos, por ejemplo, que estás parado en una concurrida estación de tren. Quiero que imagines que hay trenes yendo y viniendo, imagina entonces que el pensamiento intrusivo es como un tren, puedes verlo llegar a la estación y puedes verlo partir.

No tienes que subir a bordo de ese tren si no es lo que deseas, e incluso si lo haces, puedes decidir bajarte de nuevo cuando te plazca. Tú eres quien decide si quieres continuar o no dentro del tren, tú eres la persona que decide si prestas atención o ignoras los pensamientos que llegan a tu conciencia.

 

Al igual que los trenes que van y vienen, tus pensamientos también van y vienen. Cuando tú estás en la estación del tren no puedes evitar que esos trenes vayan y vengan, simplemente tú no puedes controlar los trenes; y así debes de enfrentarte a los pensamientos intrusivos: como algo que va y viene y que no puedes detener de forma directa, pero al igual que los trenes también pasan de largo.

También podemos imaginar que los pensamientos intrusivos son hojas que están flotando en un río y simplemente las ves flotar y alejarse río abajo. Tú no puedes evitar que esas hojas caigan en la corriente del río. Y al igual que no puedes controlarlo, tampoco puedes controlar los pensamientos intrusivos inconscientes que te llegan a la mente.

Pero cuando estás frente a ese río imaginario, sí puedes dejar de mirar la hoja y mirar otra cosa, del mismo modo que puedes aprender a elegir si prestarles atención a los pensamientos o ignorarlos y centrar la atención en otra cosa.

Pero para poder ignorarlos, en muchos casos antes debes aprender ver de otro modo aquello que hay en los pensamientos y que te resulta tan perturbador. Pero eso es algo que he explicado en muchos artículos.

metafora

Déjame usar otra metáfora. Imagina que estás en casa cocinando, mientras tienes el televisor encendido. Estás mirando un programa sumamente interesante mientras haces la comida, y de repente hacen publicidad. Y hay un anuncio de televenta, el típico anuncio que te insiste en mostrarte las maravillas de un cuchillo, de una batidora, una aspiradora, o lo que sea; y que te dice que llames ahora mismo a un número de teléfono para reservar el producto.

 

A ti no te gusta el anuncio, y quieres que se termine, porque te está poniendo nervioso o nerviosa la insistencia del anuncio en que compres algo que tú no necesitas. ¿Verdad que aunque el anuncio te dice que llames a un número de teléfono para comprar el producto; tú no lo vas a hacer?.

 

No lo vas a hacer porque tienes libre albedrío, eres libre de hacer o no, lo que sea que otra persona, o un anuncio te dice que hagas. Pues exactamente lo mismo sucede con tus pensamientos. Que tú tengas un pensamiento sobre una cosa determinada, no significa que tú la tengas que hacer, ni tampoco significa que necesariamente quieras hacerla. Tú siempre eres libre de hacer o no hacer lo que sea que un pensamiento te diga que hagas.

 

Los pensamientos son solo eventos mentales

Si identificas los pensamientos como una simple voz que te dice cosas, te das cuenta de que esa voz es exactamente lo mismo que si hay un niño de 4 años a tu lado y te dice que hagas esto o lo otro. ¿Verdad que no lo harías salvo que sea algo que tú realmente desees hacer? Verdad que si un niño te dice que si no abres y cierras la luz 5 veces seguidas te va a suceder una gran desgracia; no le harías ningún caso? Imagina que un niño te dice que si no te lavas las manos durante media hora con jabón tendrás un virus muy malo en la mano que entrará en tu cuerpo y te matará.

 

¿Verdad que no le harías ningún caso? Imagina que ahora el niño te dice, que si no arreglas tu habitación de una forma muy concreta y específica que él te está explicando, te va a pasar algo terrible. ¿Verdad que no te pondrías a ordenar tu habitación de ese modo solo porque un niño de 5 años te ha dicho eso? Y entonces, por qué si le haces caso a los pensamientos que te cuentan esas mismas cosas (o cosas igual de irracionales y ridículas)?

Pues exactamente lo mismo con todos los pensmientos del TOC. Son solo tonterías, historietas ridículas, que tú mentalmente has transformado en verdades absolutas; cuando en realidad son simples historietas. Los pensamientos solo son frases, nada más. Un conjunto de palabras que tienen un significado, pero que son solo una frase y no conclusiones o hechos reales o potencialmente reales.

 

El motivo por el que tú no ignoras a esos pensamientos del mismo modo que ignoras a lo que te dice un niño o un anuncio de televisión es porque el pensamiento se produce en tu propio cerebro, y eso te hace creer que tú de algún modo eres responsable de ese pensamiento, o que ese pensamiento revela algo importante sobe ti.

Pero lo cierto es que nadie, absolutamente nadie, es responsable de los pensamientos automáticos que aparecen en tu mente. Eres responsable de tus acciones, pero no de tus pensamientos intrusivos. Y es que pensar algo no significa que tú quieras hacerlo, ni tampoco que seas capaz de hacerlo.

 

Los sesgos cognitivos

Pero el hecho de responsabilizarse de los pensamientos, está relacionado con la existencia de creencias problemáticas, es lo que llamamos errores de razonamiento, o sesgos cognitivos. Son creencias que están detrás del hecho de que tú te sientas tan responsable de tus pensamientos, mientras que las personas que no tienen ese tipo de sesgos cognitivos, no se sienten responsables de sus pensamientos del mismo modo que tú, y es en gran medida por eso que ellos no desarrollan TOC.

Quizá estés pensando que es imposible ver esos pensamientos de otro modo; que son tan horribles, tan perturbadores o tan censurables que vas a ser incapaz de verlos de otro modo; precisamente porque son inaceptables, obsenos, peligrosos, o censurables.

 

También yo pensaba eso cuando estaba en mis peores años del TOC. Y cuando valoro desde mi punto de vista actual, el modo que entonces tenía de percibir esos pensamientos perturbadores; me doy cuenta de cómo de claro puedo ver ahora ahora aquello que para mí entonces era imposible ver por mí mismo.

Cuando uso la palabra ver, me refiero a percibir, a tomar conciencia, a darme cuenta.
Pero a medida que vayas descubriendo esas creencias limitantes y sustituyéndolas por otras muy realistas, te vas a dar cuenta de que es posible ver esos pensamientos intrusivos de un modo distinto. Uno de los retos en la curación del TOC es poder reemplazar estas creencias por otras, y ese es parte del trabajo psicoterapéutico.

Leave a Reply