La psicología cognitivo-conductual es el abordaje terapéutico que usan la mayoría de psicólogos, y en muchos casos permite que una persona consiga superar el TOC. Lamentablemente no todas las personas que lo intentan consiguen curarse, pero no se debe culpar a la terapia y mucho menos al psicólogo. Es el paciente el principal «hacedor» de su propia curación, es él el responsable de hacer todo lo que el psicólogo le dice, el que tiene que enfrentarse a las resistencias internas, y el que debe poner todo de su parte.
Muchas personas me preguntan si conseguirán curarse si van al psicólogo. Mi respuesta siempre es la misma, no lo sé; pero si hay algo que sí que sé, es que empezar psicoterapia normalmente es el único modo de llegar a conseguir el objetivo de la curación. La mayoría de pacientes ponen el enfoque de su duda en la efectividad de la terapia, como si fuese algo externo a ellos lo que tiene que curarles. Es necesario cambiar esta percepción y poner el foco en uno mismo como principal agente responsable de la curación, obviamente con la ayuda de la terapia y el psicólogo.
Debo decir que yo he ido a dos psicólogos, cada uno tenía su propio modo de trabajo, su enfoque particular. Sé que de no ser por eso, hoy no estaría curado. Si has llegado a esta página con el objetivo de tratar de evitar tener que acudir a un psicólogo, siento decirte que el enfoque no es adecuado, es la psicoterapia la que te va a permitir sanarte si va acompañada de un claro compromiso por tu parte.
La terapia cognitivo-conductual, trabaja realizando una transformación en el modo en el que una persona se relaciona con su propio psiquismo, es decir, con sus pensamientos, y con su diálogo interno, en el modo de razonar; pero también con su respuesta y comportamiento ante los estímulos externos o internos. Entre muchas otras cosas, nos enseña a identificar creencias y pensamientos irracionales y limitantes y a cambiarlos por otros más racionales, nos hace conscientes del modo en que funcionan nuestros pensamientos, nuestras reacciones emocionales, nuestra toma de decisiones, etc.
En definitiva está muy en la línea de en lo que llamo dejar de identificarse con los pensamientos. Esto significa creer que todas esas historias que nos cuenta nuestra mente en forma de pensamientos son ciertas, lo cual no es cierto, muchas de esas historias son simples fantasías.
La mayoría de personas con TOC tienen una estructura de la personalidad en la que abundan unas determinadas características de personalidad, todas aquellas que hacen que en una persona predomine lo que en psicoanálisis se conoce como el superego, que es la parte excesivamente perfeccionista, responsable y exigente con uno mismo. También tienen una elevada necesidad de tenerlo todo bajo control, de anticiparse mentalmente a las situaciones para que todo esté controlado.
Estas características de personalidad se reflejan en nuestra parte racional, y en lo referente a las obligaciones y deberes sociales, como por ejemplo, el perfeccionismo, la elevada responsabilidad, el excesivo buenismo y sentido del deber y la ética, la tendencia a reprimir las emociones -especialmente la rabia y el odio-, la tendencia a buscar la aprobación de los demás, a anteponer las necesidades de los demás a las de uno mismo, a sacrificarse por los demás, etc. Aunque son caracaterísticas socialmente deseables, tienen unas implicaciones negativas a efectos de que hacen que muchas veces la persona esté en situaciones de incoherencia emocional.